Yo Soy


Yo no tengo palabras para expresarme pero todas las palabras me expresan sólo a Mí

Yo no tengo sentido pero doy sentido a todo lo que es percibido

Yo soy sin principio ni fin pero todas las cosas comienzan y terminan en Mí

Yo no tengo nombre pero soy llamado por todos los nombres

Yo no tengo forma pero todas las forman Me indican

Yo no tengo origen pero soy el origen de todas las cosas

Yo soy sin división pero todas las divisiones existen en Mí

Yo existo por Mí mismo


Yo soy el anhelo en la tristeza y lo anhelado por todos los anhelos

Yo soy la espera y lo esperado en toda esperanza

Yo soy la inquietud de los inquietos

Yo soy la paz de los pacíficos

Yo soy felicidad


Yo no puedo ser contemplado pero soy el objeto de toda contemplación

Yo soy imperceptible sin embargo me percibes sólo a Mí

Yo soy completo pero no tengo nada

Yo soy vacío pero contengo todo

Yo doy todo pero nunca soy disminuido

Yo recibo todo pero nunca aumento

Yo soy el amante de todos

Yo brillo



Fuente: Advaitainfo

Explorar la Presencia Consciente


Interlocutor: Tengo dos preguntas. La primera concierne a la segunda etapa del trabajo que tú propones: ¿cómo podemos explorar la presencia consciente y cómo puede la presencia consciente explorarse a sí misma?

Y la segunda pregunta es: ¿cómo puedo estar seguro de que la consciencia ahora es la misma que la de hace cinco minutos?

Rupert Spira: Vamos a contestar primero tu segunda pregunta. ¿Eres consciente de tu experiencia presente? Obviamente sí. ¿No era el mismo yo que era consciente de tu experiencia diez segundos antes? ¿Era un yo diferente el que era consciente de tu experiencia hace diez segundos o era el mismo?

I: Eso es lo que te estoy preguntando a ti. ¿Cómo puedo estar seguro de que es el mismo yo el que era consciente de la experiencia hace diez segundos?

RS: Puedes estar seguro yendo a tu propia experiencia, viendo si el pensamiento que tuve hace un minuto fue conocido por el mismo yo que conoce el pensamiento presente. O, ¿fue conocido por un yo diferente? 

Si fue conocido por un yo diferente y que ahora ya no está presente, entonces, deberías tener la experiencia de ese yo que desapareció. ¿Tuviste esa experiencia? 

I: No.

RS: Ésta es la manera en que puedes estar seguro.

Tómate algún tiempo para explorar esto, y si realmente lo entiendes por tu propia experiencia verás que es la misma consciencia la que está presente a través de toda experiencia.

Déjame que te indique otra manera de explorarlo. Si puedes recordar ahora aquello que estabas pensando hace cinco minutos, la presencia consciente que está presente ahora y que conoce esta memoria, tuvo entonces que estar necesariamente presente en el momento en el que ocurrió la experiencia recordada; si no, ¿cómo serias capaz de recordarla? ¿Quién estuvo  presente allí y tuvo la experiencia? Si no fuera el mismo, ahora no sería capaz de recordarla. 

¿Sabes qué está experimentando ahora tu vecino de al lado? No, no tienes la experiencia. Si el yo que tuvo la experiencia hace cinco minutos fuera un yo distinto del de ahora no serías capaz de recordarla ahora.

Tienes que explorar cualquiera de estas dos líneas de investigación.

La forma esencial del yo separado


La forma esencial del yo separado es un pensamiento que imagina que nuestro yo-presencia consciente no imbuye toda experiencia íntimamente y por igual sino que tan solo imbuye una pequeña parte de esta. Este conjunto de pensamientos y sentimientos constituye el yo que cree ser el cuerpo y la mente.

Es como imaginar que la pantalla del ordenador no imbuye todos los documentos e imágenes que aparecen abiertos en ella sino solamente uno de ellos. De hecho, ni tan siquiera esto es cierto, porque los documentos e imágenes no son imbuidos por la pantalla, sino que no existen aparte de la pantalla.

Así pues, no existe algo así como un documento o una imagen con su propia existencia independiente. En realidad, solo existe la pantalla. Documento e imagen no son más que los nombres que le damos a la pantalla y a las formas que parece asumir.

Desde el punto de vista de la pantalla, no hay ningún documento o imagen real, independiente, como tales. Tan solo existe la pantalla misma. Los documentos y las imágenes se consideran reales por sí mismos cuando su realidad -la pantalla- ha sido pasada por alto.

En otras palabras, los documentos e imágenes tan solo se consideran reales desde el punto de vista imaginario de un documento o una imagen. Es decir, tan pronto como la pantalla se olvida, los documentos y las imágenes parecen asumir su propia realidad independiente.

Parecen convertirse en objetos reales, separados, autónomos, hechos de algo distinto de la pantalla, por ejemplo de palabras, colores, formas, objetos, etcétera. Sin embargo, desde el punto de vista real y único de la pantalla, tan solo ésta existe.

(Pasaje extraído del libro "Presencia. El arte de la paz y la felicidad"). Disponible en "Editorial Sirio".

Entrevista en vídeo a Rupert Spira


Citas V


El yo que busca la Presencia consciente es como la sombra que busca el sol.

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Cada vez que nos encontramos reaccionando ante alguien o algo, preguntémonos en nombre de quién estamos reaccionando. Casi siempre encontraremos que es en nombre de un yo no existente.

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Toda la experiencia sucede en nuestro Yo, Conciencia pura, y todo lo que hay en nuestro Yo, de lo cual puede estar hecha la experiencia, es nuestro Yo. Por tanto, así como en una película no está presente nada más que la pantalla, de la misma manera en la experiencia no está presente nada más que nuestro Yo. La Consciencia pura es toda es toda experiencia y toda experiencia es Consciencia pura.

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Es nuestro Yo, Presencia consciente luminosa, abierta y vacía, el que proporciona a la experiencia su inconfundible realidad. Lo que verdaderamente conocemos y amamos en toda experiencia es la realidad de la Presencia consciente. Es eso sólo lo que anhela el yo aparentemente separado.

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Yo, la luz del puro Conocer, no conozco ni puedo conocer ninguna otra cosa que no sea Yo mismo.

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Para el pensamiento, el conocimiento de un objeto tiene lugar "aquí" y el ser o la existencia de un objeto tiene lugar "allá". Pero para la Presencia consciente, Conocer y Ser son uno.
Si sustituimos el impulso de evitar las sensaciones incómodas por un deseo de afrontarlas y explorarlas en profundidad, en su núcleo encontraremos exactamente aquello que estábamos buscando al intentar evitarlas.

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No te localices en ningún lugar; encuéntrate en todas partes.

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Individualidad significa no dividido. Es la expresión exclusiva de la totalidad no dividida que se expresa en cada cuerpo y mente, y que florece cuando nos liberamos de la camisa de fuerza de la ignorancia – es decir, cuando dejamos de ignorar nuestra naturaleza esencial de Presencia consciente pura.

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La felicidad es simplemente permitir que todo sea exactamente como es instante a instante.

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Desde el punto de vista limitado de un cuerpo, nuestra naturaleza esencial de Presencia consciente pura parece limitada; desde el punto de vista temporal de una mente, parece temporal; en la ausencia de un punto de vista, es como es, ni limitada, ni temporal.

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La mente que busca la felicidad es como una ola que busca agua.

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La seguridad y la felicidad no se pueden encontrar en nada que aparezca y desaparezca. Encuentra aquello que en tu experiencia no aparece, se mueve, cambia o desaparece, e invierte tu identidad, seguridad y felicidad solo en ello.

La amabilidad del mundo


Pregunta: A veces escucho decir que cuando se hace evidente que no hay ninguna entidad separada, todo continúa como antes, incluyendo los enfados, los problemas, etc. Siempre imaginé y tuve la esperanza de que esta comprensión podría generar un profundo impacto en mi vida.

Rupert Spira: La comprensión experiencial de que no hay ninguna entidad separada genera un efecto profundo en la vida de uno. Sin embargo, no es la comprensión intelectual la que transforma la vida, sino más bien el siempre-presente conocer, ser y sentir la unicidad de la experiencia.

Es cierto que las sensaciones y percepciones continúan surgiendo como lo hacían antes. Sin embargo, esas sensaciones que validan y corroboran la creencia en una entidad separada se desvanecen poco a poco en la mayoría de los casos. Como resultado hay una gran sensación de alivio y paz a nivel del cuerpo y la mente.

A pesar de las creencias dualistas que parecen separar nuestra experiencia en un sujeto perceptor y un objeto percibido, en realidad nunca lo hacen, sin embargo, esta separación aparenta ser real y, por lo tanto, el sufrimiento inherente a esa posición aparenta ser igualmente real.

Una vez que esta ignorancia fundamental ha sido expuesta, los pensamientos, sentimientos y actividades que dependen de ella para existir se desvanecen, ya sea en forma radical o, como en la mayoría de los casos, poco a poco.

Y aunque esos pensamientos, sentimientos y actividades que dependen del sentido de separación y que continúan surgiendo podrían parecer ser exactamente los mismos que los que alguna vez fueron alimentados por la creencia fundamental en la dualidad, no lo son. Ellos son como una soga que ha sido quemada y sin embargo, por un tiempo, todavía mantiene su antigua forma. Cuando le soplas a la soga, te das cuenta que ya no tiene ninguna sustancia. Está vacía, hueca. Ha sido quemada.

Sólo esos pensamientos, sentimientos y actividades que se basaban en la creencia fundamental de la dualidad dejan de aparecer. Todos los demás pensamientos, imágenes, sensaciones y percepciones continúan como antes.

De esta forma, la mente se libera de la agitación, la confusión, el anhelo, el sufrimiento, la adicción, la inquietud, la actitud defensiva, etc. de todo eso que alguna vez caracterizó gran parte de su actividad y así, la libertad, la creatividad, la paz, el sentido amoroso, el humor, la calidez, la amabilidad y la inteligencia se convierten en su hábito natural.

El elemento común a toda experiencia


Rupert Spira: Permite que tu experiencia sea tal como es, instante tras instante. Sin ningún intento por cambiarla o manipularla. 

Por “experiencia” me refiero a pensamientos, ideas, imágenes, memorias, sentimientos, sensaciones y percepciones del mundo; quiero decir: vistas, sonidos, gustos, sensaciones táctiles y olores.

Simplemente deja que el espectro completo de la experiencia aparezca ante ti, instante tras instante y exactamente tal como es. De todas formas eso es lo que la experiencia ya hace, así que no se requiere un esfuerzo especial de ningún tipo para hacerlo.

De hecho, no es un “hacer”, es un permitir a la experiencia ser lo que es instante tras instante.

Ve, de manera clara, que para tener una experiencia tenemos que ser conscientes de ella; tómate algún tiempo para verificar que esto es así, que es cierto en tu propia experiencia y sea lo que sea que experimentes te dices a ti mismo: “soy consciente de esta experiencia”.

Por ejemplo, toma el pensamiento presente y te dices: “soy consciente de este pensamiento”.

Toma una imagen, por ejemplo, la imagen de tu casa y te dices: “soy consciente de esta imagen”.

Toma la memoria, por ejemplo, de algo que ocurrió hace dos años y te dices a ti mismo: “soy consciente de esta memoria”.

Toma la sensación de hormigueo en la planta de tus pies: “soy consciente de esta sensación”.

Toma el sonido del ventilador en el fondo: “soy consciente de ese sonido”.

Simplemente deja que tu atención vague libremente por toda tu experiencia y sea lo que sea que encuentres, te dices: “soy consciente de este objeto”.

Ahora, hazte la pregunta: ¿hay algo que sea común a toda experiencia?

No hay un pensamiento en particular que sea común a toda experiencia. No hay un sentimiento o una sensación particular que sean comunes a toda experiencia. No hay tampoco ninguna visión, ningún gusto, ningún sonido, etc. en particular que sean comunes.

¿Hay, entonces, algún elemento de la experiencia que sea común y compartido en toda experiencia? 

Las tres posibilidades que se nos abren en la vida


Rupert Spira: Estas son las tres posibilidades que se nos abren a nosotros en la vida:

La primera es tomarse a sí mismo como un cuerpo y una mente separados y limitados, nacidos en un lugar y en un tiempo concreto y determinado, moviéndose, evolucionando, envejeciendo y destinados a morir. Esa es la primera posibilidad, la posibilidad convencional. 

La segunda posibilidad es la de conocerse como el espacio vacío de consciencia en el que el cuerpo, la mente y el mundo aparecen, evolucionan y desaparecen. Conocerse a sí mismo como el testigo trascendental de toda experiencia. 

La tercera posibilidad es la que toda distinción entre la consciencia que es testigo y los objetos del cuerpo, mente y mundo que son observados ha desaparecido.

Lo que permanece tras esta disolución entre el sujeto y el objeto no puede ser nombrado porque toda palabra hace referencia a algún tipo de distinción, algún tipo de opuesto: la consciencia como opuesta a los objetos, el calor opuesto al frío. Pero cuando todas estas realidades se han disuelto, lo que permanece no puede ser nombrado y al mismo tiempo es todo lo que puede ser conocido y experimentado. 

Esto es una especie de mapa de las posibilidades de la experiencia. 

(Pasaje extraído del Encuentro de Septiembre de 2012. Disponible en "Descargas”).

Descartando lo que no soy

Citas IV


Desde un punto de vista, la mente, el cuerpo y el mundo velan la presencia de la Presencia consciente, pero desde otro brillan con ella; al igual que una imagen en la pantalla puede ser vista o bien como velando la pantalla o mostrándola.

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La Realidad brilla como Presencia consciente en el Yo, y como Existencia en el mundo.

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Sólo un yo aparentemente interior conoce una persona, objeto, otro o mundo aparentemente exteriores, pero Yo, la luz del puro Conocer, solo me conozco a Mí mismo.

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Todo pertenece a todo; todos pertenecemos a todos.

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Nuestro Yo, la luz del puro Conocer, nunca encuentra, conoce o entra en contacto con otra cosa que no sea sí mismo. Ésta es la experiencia del amor y la belleza.

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Cuando el deseo se libera de la necesidad de producir felicidad para un yo no existente, se revela como un juego de energías que expresan, comparten y celebran la felicidad misma.

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El pensar, sentir y percibir están hechos de puro Conocer, pero el Conocer no está hecho de pensar, sentir o percibir

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No dejes que el pensamiento divida el amor entre el amante y el amado, el sentir entre el que siente y lo sentido, el ver entre el que ve y lo visto, el oír entre el que oye y lo oído, el tocar entre el que toca y lo tocado, el saborear entre el que saborea y lo saboreado, el oler entre el que huele y lo que huele, o el pensar entre el pensador y un pensamiento.

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Como el trasfondo que atestigua toda experiencia, nuestra naturaleza esencial de pura Presencia consciente está intrínsecamente libre de todo, como sustancia de toda experiencia, es íntimamente una con todo.

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Desde el punto de vista del pensamiento finito, todas las cosas son finitas. Desde el punto de vista de Mí mismo, Presencia consciente infinita, todas las cosas aparentes son infinitas.

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La felicidad y la entidad separada se excluyen mutuamente.

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El amor es la condición natural de toda la experiencia antes que el pensamiento la divida en múltiples y diversos de objetos, “yoes” y otros.

Transcripciones Encuentro Marzo 2015


Disponibles las transcripciones de los diálogos del encuentro con Rupert Spira celebrado en marzo de 2015 en Barcelona.

Se encuentran tanto en formato pdf idóneo para leerlo en el ordenador o imprimirlo y en formato epub más apropiado para leer en libros electrónicos, tabletas, teléfonos o también en el ordenador con el programa adecuado.

Para obtenerlos visitar la página "Descargas".


La memoria de nuestra eternidad


(Fragmento de una meditación de Rupert Spira en un retiro en California, Junio 2014)

Rupert Spira: Todos los seres aparentemente separados conservan dentro de sí la memoria de su propia eternidad. Esta memoria de nuestro propio e infinito Ser se expresa como el deseo de alcanzar la paz, la felicidad o el amor.

Dondequiera que se encuentre una paloma mensajera, siempre puede encontrar su camino de regreso a casa. Ella se guía por la memoria que le indica en dónde está su hogar. Nada puede oscurecer esta memoria. Del mismo modo, ninguna experiencia tiene la capacidad de oscurecer la memoria de nuestro eterno e infinito Ser.

La búsqueda de nuestra felicidad es la fuerza gravitacional de nuestro Ser. El yo separado cree que su búsqueda de la felicidad es algo que él está llevando a cabo. ¡No es así! La búsqueda de la felicidad es sólo el yo aparentemente separado registrando la fuerza gravitacional desde las profundidades de su propio Ser. Esa energía - la fuerza gravitacional que todos sentimos como el deseo de alcanzar la paz, la felicidad o el amor - es gracia.

La gracia no es una experiencia extraordinaria que sucede de vez en cuando en nuestras vidas. Es la fuerza constante de nuestro Ser más íntimo invitándonos a volver a sí mismo.

Esta fuerza gravitacional que reside en las profundidades de nuestro Ser es experimentada, por la mayoría de la gente, como el deseo de alcanzar la paz, la felicidad o el amor. Es experimentada por un científico como el deseo por adquirir conocimiento y por un artista como el deseo por la belleza. Todas estas formas de deseo son la misma fuerza gravitacional apareciendo en diferentes ámbitos de la experiencia. Es la fuerza de la Consciencia infinita ejerciéndose a sí misma en la mente finita, haciendo que ésta se repliegue.

Tú no te estás resistiendo al pensamiento que resiste


Interlocutor: ¿No puede ser que la consciencia es la consciencia, y simplemente lo que cambia es mí o nuestra percepción de la consciencia? Que a veces estamos más abiertos a ella, a veces más cerrados; entonces esto implica, no que sea un pensamiento, sino que nuestra apertura a ella cambia, pero ella es inalterable, imperturbable.

Rupert Spira: Así lo que lo que dices es: "algunas veces estoy más o menos abierto a la presencia consciente". ¿A qué yo te refieres?... Ese "yo" que está más o menos abierto a la consciencia.

I: En ese caso, como mi verdadero yo es la consciencia, en este caso me estoy refiriendo a mi yo limitado en tanto que cuerpo-mente.

RS: ¿Estás diciendo que cuanto más activo esté tu cuerpo y tu mente, menos consciencia hay?

I: Menos experiencia de la consciencia, menos experiencia de la paz de la consciencia.

RS: Dices "menos experiencia de esta consciencia", como si la consciencia fuese algo que tú experimentas.

Ahora, está presente la consciencia. ¿Está totalmente abierta a lo que aparece en este momento?... ¿Está resistiendo a lo que aparece ahora?... La resistencia se aplica al pensamiento, no a ti. Tú, la consciencia, no te resistes, lo que resiste son los pensamientos, los sentimientos. Son los pensamientos los que dicen: “no, no, yo no quiero esto”. Pero tú eres aquél/aquello que es consciente de este pensamiento que resiste. Tú no te estás resistiendo al pensamiento que resiste. Tú dices “sí” al pensamiento que dice “no”.


I: Lo he de contemplar.

RS: El hecho de que hay algo que está apareciendo, quiere decir que la consciencia ya ha dicho “sí, eres bien acogido”. Cuando un cuerpo aparece en esta habitación es porque el espacio ha dicho “sí, eres bienvenido”. El espacio no puede resistirse. El espacio no conoce el significado de la palabra resistencia. La presencia consciente es así.

¿Por qué Dios permite el sufrimiento?

Entrevista a Rupert Spira


Una entrevista con Rupert Spira por Paula Marvelly 

Paula Marvelly: ¿Podrías dar una breve biografía de tu vida hasta la edad de 16 años? 

Rupert Spira: Provengo de una gran familia entrañable. Mis padres eran amables y cariñosos y dieron todo lo que pudieron, de muy distintas formas, a sus hijos. Mi infancia fue esencialmente feliz y libre. Mis padres se separaron cuando yo tenía seis años y viví con mi madre en Hampshire. Sin embargo, también veía mucho a mi padre. Mi madre es excéntrica, artística y tiene un profundo interés en las cosas espirituales; y mi padre es más mesurado y convencional. Aprendí mucho de ambos. 

PM: Has dicho que a los 16 años comenzaste a meditar. ¿Hubo algo específico -un acontecimiento tal vez- que precipitó una cosa así? 

RS: A la edad de 15 años estaba desencantado con la vida hacia la que mi formación científica me estaba preparando. En la misma época vi una exposición de la obra de Michael Cardew, que agitó mi imaginación más allá de todo lo que previamente había encontrado. También comencé a leer a Rumi y Shankaracharya que despertaron en mí el sentido de una nueva posibilidad completamente. 

PM: Dices que empezaste a leer a Rumi, Gurdjieff, Ouspensky, Krishnamurti, Ramana Maharshi, Nisargadatta Maharaj y Shankaracharya, entre otros. 

RS: De alguna manera, tenía la profunda intuición de que lo que estaba leyendo era cierto. Sus palabras resonaban profundamente dentro de mí y encendieron un intenso deseo de saber por mí mismo de lo que estaban hablando. 

PM: Has dicho que querías hacer una carrera de ciencias, pero que sentías que ese no era el camino correcto a seguir. ¿Por qué era así? ¿Qué había en la ciencia que no te gustaba? 

RS: No fue tanto un rechazo de la ciencia sino una atracción por el arte. El arte parecía comprometer todo mi ser, no sólo mi intelecto. Sentía que el arte me proporcionaba los medios para explorar y expresar los reinos más profundos de la experiencia de una manera que la ciencia no podía. 

PM: Fuiste a la escuela de arte. ¿Hubo alguna disciplina en particular que te inspiró -alfarería y cerámica probablemente- y por qué? 

RS: Primero vi la obra de Michael Cardew y, más tarde, piezas de las primeras tradiciones cerámicas de China, Corea, Japón y Persia. En ese momento mi respuesta fue instintiva e inarticulada, sólo un inconfundible "Sí" desde el fondo de mi ser. Estos objetos eran como condensaciones de la Inteligencia, el Amor y la Belleza. Me pasaba horas en los museos mirándolos. A veces sentía que mi cuerpo se disolvía frente de ellos. Era exactamente la misma experiencia que tuve muchos años más tarde con mi maestro en satsang. 

PM: Usted pasó varios años en la Sociedad de Estudios, creada por el Dr. Francis Roles, bajo la guía de Su Santidad Shantananda Saraswati, el Shankaracharya del Norte. ¿Qué filosofía/enseñanza aprendió allí y de qué le sirvió? 

RS: Cuando llegué a La Sociedad de Estudios los últimos remanentes de la enseñanza de Ouspensky estaban cediendo el paso en favor del Advaita Vedanta de Shankaracharya, que se consideraba que había sido la fuente de las enseñanzas de Ouspensky. 

Me sumergí en la enseñanza y también aprendí los Movimientos de Gurdjieff y el Giro de Mevleví (Derviches giradores) -hermosas prácticas contemplativas de movimiento. Estas enseñanzas fueron mi hogar- yo vivía en ellas y ellas vivían en mí. 

PM: Después de dejar la escuela de arte, trabajaste como artista para ganarte la vida. Dices que creías que la Belleza estaba vinculada a la espiritualidad y que era una manera de poder traer ese concepto a la vida. Me recuerda los versos de Keats: "La Belleza es verdad y la verdad Belleza"
Esto es todo lo que sabes en la tierra, y todo lo que necesitas saber. ¿Podrías extenderte sobre esto? 

RS: Nuestra experiencia aparentemente objetiva consiste en pensamientos, sensaciones y percepciones, es decir, la mente, el cuerpo y el mundo. Cuando la Consciencia "toma la forma" del pensar, parece ser un pensamiento. Cuando "toma la forma" del sentir, parece ser un cuerpo y cuando "toma la forma" del percibir, parece ser un objeto, otros o el mundo. 

La Presencia brilla por sí misma


Todos los objetos de la mente, el cuerpo y el mundo son conocidos o experimentados por nuestro yo. De hecho, sin nuestro yo-presencia consciente nada sería conocido o experimentado. Toda experiencia deviene cognoscible o es iluminada por nuestro yo. 

Así como metafóricamente hablando, todos los objetos pasan a ser visibles gracias a la luz del sol, en el ámbito de la realidad toda experiencia deviene cognoscible por la luz de nuestro yo.

Nuestro yo ilumina toda experiencia con la luz del conocimiento. Este conocimiento -entendido aquí como la capacidad de reconocer la existencia de las cosas- es inherente a nuestro yo e inseparable de él. De hecho, es nuestro yo.

Toda experiencia es inseparable del hecho de conocerla o reconocerla, es decir, es inseparable de la luz de nuestro yo. En otras palabras, todo lo que es conocido o experimentado brilla con la luz de nuestro yo, así como todos los objetos brillan con la luz del sol. De hecho, cualquier experiencia, antes de hablarnos de sus cualidades objetivas, anuncia primero la luz de la presencia por medio de la cual es conocida. Esta luz brilla en toda experiencia, de la misma manera que la luz del sol brilla en todos los objetos.

Es la luz de nuestro yo la que hace que todas las cosas aparentes sean cognoscibles, pero ¿qué es aquello que hace que nuestro yo sea cognoscible? ¿Con qué luz es conocida la certidumbre de nuestro propio ser?

El cuerpo, la mente y el mundo son conocidos por la luz de nuestro yo, pero nuestro yo no es conocido por ninguna otra luz que la suya propia. Así pues, nuestra experiencia es que la luz por la cual nuestro yo se conoce a sí mismo es su propia luz. Nuestro propio ser brilla con su propia luz. No es conocido por nada o nadie que no sea él mismo. Se conoce a sí mismo por sí mismo, y solamente por medio de sí mismo. No necesita un cuerpo o una mente para conocerse. Se conoce a sí mismo, brilla por sí mismo y él mismo tiene la evidencia de sí mismo.


(Pasaje extraído del libro " Presencia. El arte de la paz y la felicidad".) Disponible en "Editorial Sirio".

Citas III


El pensamiento tiene su hogar en Mí, Presencia consciente, pero yo no tengo mi hogar en él.

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Todo lo que conocemos lo conocemos a través de la Presencia consciente; por tanto, nuestro conocimiento de algo solo puede ser tan bueno como nuestro conocimiento de la Presencia consciente. Si creemos que la Presencia consciente es limitada, la experiencia aparecerá de acuerdo con esa creencia, como una sucesión de objetos y yoes limitados y finitos. Si comprendemos que la Presencia consciente es eterna e infinita, todo y todos se revelarán de la misma manera.

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'Yo' significa indivisible, infinito, íntimo e inocente. Es la substancia de toda experiencia.

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Nuestra naturaleza esencial de pura Presencia consciente no tiene planes con la mente, el cuerpo o el mundo. Es como el espacio vacío, totalmente permisible e indiferente a lo que ocurra dentro de él. Sin embargo, no es una indiferencia fría y distante: ofrece su substancia total e íntimamente a todo lo que aparece dentro de sí. Por ello, es una indiferencia amorosa. Sé conscientemente esta indiferencia llena de amor.

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El yo separado es el rechazo del Ahora. Yo, Presencia consciente, estoy enamorado del Ahora. De hecho, soy el Ahora.

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Toda aparición es un acto de creación impersonal. El ver esto claramente, nos libera de cualquier sentimiento de culpa, juicio o responsabilidad personal. No obstante, esta comprensión no conduce a un comportamiento irresponsable o vacío de amor. Por el contrario, permite que la mente o el cuerpo funcionen en nombre del amor y la inteligencia impersonales, en lugar de representar los miedos y las demandas de un yo no existente.

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La mente, el cuerpo y el mundo son como mis invitados


Interlocutor: Siento que es difícil ser consciencia, o adoptar una posición como consciencia porque mi mente siempre pretende ser consciencia.

Rupert Spira: ¿Conoces ahora, o eres consciente de tu experiencia? 

I: Sí.

RS: Sí, es obvio que sí. Eres consciente de tus pensamientos, eres consciente del sonido de mi voz, eres consciente de la vista de esta habitación. 

I: Sí. 

RS: ¿Necesitas hacer un gran esfuerzo para ser aquello que conoce tu experiencia? 

I: No ahora, pero algunas veces es difícil, pero ahora es fácil y no lleva esfuerzo alguno. 

RS: Sí, no lleva esfuerzo alguno. No tienes que mantener continuamente el ser consciencia, no tienes que pensar y recordarte a ti mismo: “soy aquello que es consciente de mi experiencia, soy aquello que es consciente de mi experiencia”.

Antes cuando creías que eras un cuerpo y una mente tampoco tenías que recordarte a ti mismo: “soy un cuerpo mente, soy un cuerpo mente”. Esa creencia estaba entretejida sin esfuerzo en tu experiencia.

De manera similar, ahora que comprendes que eres aquello que es consciente de tu experiencia, puedes ver que no tienes que hacer esfuerzo alguno para mantener el ser esa consciencia. 

De hecho, si hay algún tipo de esfuerzo implicado en ello, es el esfuerzo de imaginar que soy un cuerpo mente. Eso lleva esfuerzo y necesita ser mantenido continuamente a través de la creencia y el sentimiento. Es por eso que causa tanta fatiga el ser una entidad separada, un yo separado; ser un aparente y finito yo separado requiere mantener un esfuerzo sutil continuo. 

Meditación es lo que somos, no lo que hacemos


Rupert Spira: Me gustaría decir algo sobre la meditación.

Normalmente nos consideramos a nosotros mismos como una colección de pensamientos, sentimientos y sensaciones: yo, el yo separado, que vive en el interior del cuerpo-mente, y está hecho del cuerpo-mente.

Y la meditación es normalmente considerada como una actividad en la que yo, este cuerpo-mente, se compromete a fin de lograr algún tipo de objetivo, sea cual sea ese objetivo: la iluminación, la quietud, la paz, la liberación.

En otras palabras, desde ese punto de vista, se cree que el yo separado es lo que somos y la meditación se considera como una actividad que hacemos.

Sin embargo, en este enfoque, la meditación se entiende diferente. Aquí, la meditación se entiende que es lo que esencialmente somos, y el yo separado se entiende que es una actividad que el pensamiento hace de vez en cuando.

No estoy sugiriendo que estos tipos convencionales de meditación no tengan sus usos; por supuesto que sí. Pero no es lo que se entiende aquí como meditación. La meditación, tal como se entiende en este enfoque, no es ningún tipo de actividad.

La meditación es lo que somos, no lo que hacemos.

En este enfoque, la meditación no tiene nada que ver con una actividad o cese de actividad de la mente: enfocarla, observarla, disciplinarla o aquietarla, u observar la respiración. Eso no es lo que se entiende aquí por meditación.

La meditación, en este enfoque, es simplemente ser, simplemente ser la presencia de la Consciencia, simplemente ser eso que está consciente.

Somos conscientes ahora mismo de nuestra experiencia. Somos conscientes de estas palabras; somos conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos, sean las que sean. Somos conscientes de las vistas o sonidos que están presentes en nuestra habitación, de las sensaciones de hormigueo del cuerpo. Somos conscientes sin esfuerzo de todo este flujo de experiencia. Y nosotros no tenemos que hacer el menor esfuerzo para ser eso que conoce o es consciente de nuestra experiencia.

La meditación es simplemente tener conocimiento de este uno, el uno que es consciente de nuestra experiencia.

Éste uno es a veces llamado "Awareness" [Consciencia]. El sufijo "-ness" significa "la presencia de" [y Aware = consciente] así que la palabra "Awareness" [Consciencia] significa simplemente "la presencia de eso que es consciente".

Por lo tanto, asegúrate de que cuando se utiliza esta palabra "Awareness" [Consciencia], no se refiere a alguna idea abstracta o extraordinaria de algo que no conocemos o no estamos familiarizados. Simplemente se refiere a lo que naturalmente, esencialmente somos, a eso que conoce o es consciente de nuestra experiencia, sea la que sea, como conocer nuestros pensamientos, conocer estas palabras, conocer los sonidos o vistas que están presentes en este momento... Sea lo que sea que es conocido o experimentado en cualquier momento es conocido por "ti". "Tú" eres eso que es consciente de tu experiencia. Eso es llamado "Yo", "Consciencia", "Presencia consciente".

El yo separado no puede experimentar la felicidad


Rupert Spira: Algunos de nosotros nos confundimos, nos tomamos por una amalgama de pensamientos, sentimientos y percepciones. Algunos de nosotros nos confundimos con un cuerpo y una mente.  Como resultado del olvido de nuestra verdadera naturaleza, sentimos: "yo estoy disgustado, yo estoy en cólera, yo no entiendo esto, me gusta esto, a mí no me gusta esto otro…”  Todos estos pensamientos, todos estos sentimientos, son el resultado de confundirnos, tomarnos por una amalgama, un racimo de pensamientos y sentimientos.

Lo que es interesante, cuando nos tomamos por un yo separado, es darnos cuenta que ese yo separado siempre tiene una misión, un propósito. ¿Qué es lo que el yo separado siempre está buscando?... Paz, felicidad y amor. En otras palabras, el yo separado siempre está anhelando ser disuelto, desaparecer. Siempre está anhelando volver al verdadero ser de la presencia consciente. 

Interlocutor: Por un lado dices "siempre está anhelando disolverse, volver a lo que esencialmente es"; pero por otro lado, también hay una resistencia a desaparecer.

Rupert Spira: El yo separado es como una mariposa, una polilla que busca la llama. La llama es todo aquello que anhela, pero cuanto se aproxima, está más y más caliente, y la mariposa piensa: “Oh, Oh, Voy a morir” La mariposa tiene razón, va a morir. En otras palabras, la única manera como la mariposa puede experimentar la llama, es muriendo en ella. Es decir, la experiencia de la llama es la muerte de la mariposa. 

El yo separado es el oscurecimiento, el velo de la felicidad porque la paz y la felicidad son nuestra verdadera naturaleza. Cuando imaginamos que somos otra cosa que la presencia consciente, la paz y felicidad que son inherentes a nuestro ser, parecen perderse, y es por ello que el yo separado siempre está buscando la felicidad. 

La más alta meditación

Citas II


La unidad ya es demasiado. Por ello, en su sabiduría y humildad, los antiguos sabios solo dijeron que la Realidad es 'no dos'.

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Conoce a tu Ser como el conocer en todo lo conocido.

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Pregúntate qué no ha sido nunca, y nunca podría ser, apartado de ti, y permanece con eso, como eso.

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La iluminación es el final de un proceso -el pensar y sentir que soy un yo separado y limitado- pero el principio de otro -el realineamiento del cuerpo, la mente y el mundo con esta nueva comprensión basada en la experiencia.

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El yo separado es como el personaje de una película que viaja por el mundo buscando la pantalla.

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El pensamiento no conoce, ni puede conocer, la Realidad; aun así, está hecho de ella.

La religión de la materia


Rupert Spira: Nuestra cultura tiene la creencia, profundamente condicionada, de que la mente, el cuerpo y el mundo existen independientemente de la presencia consciente. De hecho, si piensas acerca de ello, verás que ésta es la idea en que se fundamenta toda nuestra cultura.

Primero aparecieron el tiempo y el espacio, después el universo, después el mundo, después el cuerpo, después la mente y en la decimoprimera hora apareció la consciencia; éste es el modelo básico que tenemos. 

Nuestra experiencia es la contraria: nadie jamás ha experimentado una mente, un cuerpo y un mundo independientes de la consciencia. 

No solo nadie jamás ha tenido una tal experiencia, sino que nadie jamás podría tenerla. ¿Qué evidencia hay ahí para afirmar la existencia de una mente, un cuerpo y un mundo independientes de la consciencia? Ninguna en absoluto.

No puedes escapar de este hecho, puedes argumentar conmigo toda la noche. Y no estoy intentando convencerte de algo, sino que estoy intentando animarte a que te refieras directamente a tu experiencia y no a tus creencias. 

El pensamiento se pone furioso, muy enfadado cuando escucha esto, y dice: “¿Qué quieres decir? ¿Qué significa que el mundo no existe independiente de mi consciencia?”

Interlocutor: Pienso que quizás un uno por ciento de mi vida puedo intuir eso que cuentas, pero en un noventa y nueve por ciento de mi vida siento lo otro, pienso que hay un mundo fuera de mí, fuera de mi consciencia y me gustaría que este uno por ciento fuera más grande.

RS: Me gustaría que entendieras al cien por cien, y no al uno por ciento. No estoy diciendo nada que no pueda ser verificado por tu experiencia justo ahora.

Descubre que eres imperturbable


Rupert Spira: Intenta girar tu atención hacia ti mismo. Intenta girar tu atención hacia este ser simple y consciente. No vuelvas tu atención hacia un pensamiento, un sentimiento, una percepción o una sensación. 

Es muy fácil hacerlo, todos sabemos cómo girar nuestra atención hacia alguno de esos elementos. Así que si, por ejemplo, os pido girar vuestra atención hacia un sonido o si os pido volver vuestra atención a la sensación cosquilleante de las plantas de tus pies, todos sabemos exactamente hacia dónde girar nuestra atención; vamos directos a la dirección correcta. Pero cuando intentamos girar la atención hacia aquello que es consciente de todo eso, sea lo que sea, ¿en qué dirección nos giramos? 

Intenta girarte hacia esa dirección, no pienses en ello sino que intenta hacerlo en tu experiencia. No se trata de teoría no-dualista, sino que se trata de la naturaleza real de nuestra experiencia. Intenta volver tu atención hacia aquello que es consciente de tu experiencia.

Una cosa muy interesante ocurre cuando intentamos hacer esto. Sabemos con absoluta certeza que yo soy, que somos, y que ese yo no solo está presente sino que también es consciente. Pero cuando intentamos encontrar este yo no solo jamás lo encontramos en tanto que un tipo de objeto, sino que tampoco sabemos hacia qué dirección tenemos que girarnos. Cualquier dirección parece incorrecta. 

Es como intentar ver el espacio vacío, allí donde miremos no lo encontramos y al mismo tiempo jamás podemos escaparnos de él. Jamás podemos encontrar esa presencia consciente y, al mismo tiempo, jamás cesamos de serla. Pensamientos, sentimientos, sensaciones y percepciones cesan, pero el yo jamás cesa. 

Ahora intenta agitarte a ti mismo. ¿Puedes agitar aquel que es consciente de tu experiencia? Es muy fácil agitar los pensamientos, las percepciones, los sentimientos, las sensaciones, todos sabemos cómo es eso; pero... ¿qué hay acerca de ti mismo? 

Meditación del espacio vacío


Rupert Spira: Imaginad una hoja de papel cuadrada, y ahora imaginad que hacéis un pequeño agujero en el centro de esta hoja. Cuando miráis la hoja parece que el agujero está en el papel. Pero, ¿qué ocurre cuando miramos más de cerca? ¿Cuándo nos acercamos al agujero y empezamos a explorar ese agujero vacío en medio de la página?

Lo único que encontramos ahí es espacio vacío, el espacio vacio no está en la hoja, sino que la hoja está en el espacio vacío.

El agujero en el centro de la hoja es como la puerta de entrada a ese espacio vacío. 

Cuando empezamos a ir hacia el agujero parece que estamos yendo hacia algo que está en el centro de la hoja pero cuando estamos cerca del agujero nos damos cuenta que el agujero no está en la página.

Cuando vamos a través de ese agujero no vamos más profundamente dentro de la página sino que vamos fuera de la página, vamos al seno de un espacio vasto, sin límites y vacío. 

El pensamiento “yo” es el agujero en la hoja.

Cuando tomamos el pensamiento “yo” parece, al principio, que nos lleva a un lugar muy pequeño en las profundidades del cuerpo y de la mente. Pero cuando nos acercamos a ese lugar, que esperamos encontrar en algún lugar en medio del cuerpo, -en la cabeza, en el pecho o en el vientre- todo lo que encontramos es ese espacio vacío y que conoce.